viernes, 15 de agosto de 2008

Pero prefieres el foie de pato:



Atraído por la cautividad cultural una persona puede llegar a preferir un foie de pato que ha cruzado todo un océano, permaneciendo meses en un congelador que no sabes si durante su viaje cumplió con la cadena de refrigeración, que al llegar a Venezuela se intentó distribuir por innumerables locales, donde aplicaron la regla del #5 al multiplicar su precio. Y terminamos comprando un foie grass de pato por una modesta suma de 600 BsF el kilo.

Como Venezolanos preferimos degustar comidas de las cuales no tenemos ninguna base de comparación, ejemplo de ello “Venezuela es el único país del mundo que al momento de servir una paella se adereza con jerez y ese aceite de oliva (de tercera presada) amargo pero que no deja de gustar”.

En este país tenemos un cacao que los europeos, ingleses o cualquier extranjero desde la época de la conquista han anhelado tener en una taza; crustáceos, moluscos y pescados que una bullabesa envidiaría tener, frutos, verduras, especias y tubérculos que cada día nos cuesta mas pronunciar su nombre y su precio al día siguiente esta más arriba de lo que imaginabas, tenemos papelones dorados (a beses), ajís dulces, tomates margariteños y un sin fin de ingredientes de excelente calidad y preparaciones.

Pero sigues empeñado en comer foie de pato.


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