lunes, 26 de marzo de 2012

El azúcar y otros peligros ocultos de las bebidas


Zumos

Hace unos días me estaba haciendo en la Thermomix, un zumo de varias frutas para desayunar. Estos fueron sus ingredientes, kiwi, plátano, naranja, horchata y canela. No hace falta decir que estaba riquísimo. Muchos de vosotros estaréis pensando ¡qué buena idea! Un sano y saludable “smoothie” o zumo multifrutas para desayunar. Bueno pues, si y no.
Este zumo me llevó a una reflexión. ¿desde hace cuánto tiempo tomamos zumos de frutas? Desde luego, eso de espachurrarlas tiene un recorrido relativamente corto en nuestra historia. Probablemente nunca hubo exprimidores de fruta hasta la llegada de la electricidad. Y esta reflexión me llevó a otra, ¿desde cuándo, desde un punto de vista evolutivo, bebemos líquidos que no sean agua o leche materna?
Tanto la cerveza, como el vino, como otras bebidas tradicionales (sake) se remontan a los orígenes de la agricultura y la civilización, pero ¿qué bebíamos antes de la aparición de la agricultura? Desde luego es complicado saberlo con certeza, puesto que el registro fósil no parece conservar evidencia de bebidas. Probablemente se deba a que no fosilizan, como sí hacen los huesos o el polen de las plantas.
Una forma de saberlo es mirar a las dietas ancestrales, suponiendo que nos sirvan como una ventana real al pasado. Por ejemplo, ¿qué beben los esquimales o los masai? Sangre. De foca o de ganado. Esto nos hace suponer, que además del agua y de la leche en los niños, los adultos en la prehistoria bebían sangre. Por supuesto, el acceso a la sangre como bebida, sería mucho más limitado que ahora. No se podría almacenar, y es posible que solo la tomaran en el momento de la caza.
He tratado de buscar más información sobre este asunto en internet, y no he sido encontrar ningún estudio sobre qué bebíamos antes de la aparición de la agricultura. Si conocéis algún caso, por favor dejarlo en los comentarios.
El caso es que la aparición de la agricultura, dio paso una enorme y variada cantidad de bebidas derivadas de los cultivos, bien zumos o bien bebidas fermentadas. Sin embargo, a pesar de que el consumo de estas bebidas en moderación puede tener efectos positivos, su consumo habitual, parece alejado de las bebidas que tomábamos antes.
Muchos expertos coinciden en que uno de los principales problemas con las dietas actuales es el masivo consumo de bebidas azucaradas. En seguida nos vienen a la cabeza las sodas de cola y derivados, pero no conviene olvidar otras. Los zumos de frutas, los cafés con azúcar, los tés, las bebidas para deportistas, etc…

Un caso práctico. Mi propio caso

Todas ellas, suelen ir acompañadas de azúcar en mayor o menor medida. Pongamos mi ejemplo de hace un par de años. Era relativamente habitual, en mis costumbres mañaneras, tomar un zumo de naranja con una cucharada de azúcar (5 gr), un café con leche y azúcar (10 gr de dos cucharadas). A lo largo del día podrían caer un par de cafés más (20 gr), y esporádicamente y en función del día, una cocacola (33gr) o un aquarius (8gr). Si sumamos las cantidades de azúcar en todas estas bebidas, da la bonita cifra de unos 70gr de azúcar. No está mal. A esto habría que añadir algún bollo, yogur con azúcar, etc…
Azúcar
Fácilmente podríamos hablar de un consumo de 100gr de azúcar por día, de los cuales la mayor parte provenían de bebidas azucaradas. Teniendo en cuenta que la ingesta diaria recomendada máxima de azúcar no debería pasar los 30gr según algunos expertos, podemos ver cómo las bebidas se convierten en un vehículo bastante peligroso para tomar azúcar.
Afortunadamente, hasta los 30 años, no tuve problema con esto y hacía mucho deporte, pero las cosas cambian con la edad. Quizá el cambio más radical en mi dieta fue la reducción drástica en el consumo de bebidas azucaradas.

La fruta bebida no es igual que la comida

El problema con los zumos, si os fijáis en el smoothie, es que te tomas una cantidad de fruta de golpe que de otra forma no harías. ¿Te comerías nada más levantarte 3 piezas de fruta de golpe? Quizá algún día, pero yo diría que la gran mayoría de nosotros no. Sin embargo, si tenemos acceso fácil a una licuadora o a un zumo ya preparado, es fácil que estemos ingiriendo mucho más de lo pensamos.
Además no es lo mismo masticar una fruta que tragar de golpe una fruta. Cuando masticamos ya estamos empleando cierta energía en el proceso, además nuestras rutas hormonales tienen tiempo para disparar ciertas señales a nuestro cerebro, y por supuesto, mediante la saliva estamos haciendo parte de la digestión. Al tomar un zumo, nos estamos saltando de golpe todos estos mecanismos, la señal de saciedad tarda más en llegar, las enzimas de la saliva no tienen tiempo de actuar y gastamos muy poca energía en el proceso.
Desde luego, es algo muy muy diferente comer una fruta que beber una fruta. Quizá en pequeñas dosis sea saludable pero, Quizá sea momento de replantearnos si no estaremos ingieriendo demasiados líquidos y con ellos, demasiado azúcar en el proceso.
¿Quiere esto decir que no hay que consumir zumos de frutas o café o té? No, pero no conviene obviar el hecho de que junto con estas bebidas quizá estemos incorporando más azúcar del necesario. Por otro lado, y de forma ocasional, tampoco está de más darnos un buen chute de vitaminas y antioxidantes a través de un zumo de frutas y/o verduras.
La siguiente pregunta es, ¿qué hay de los edulcorantes? Es tema para otro post.
Espero vuestros comentarios, ¿cuál es vuestra relación con las bebidas y las bebidas azucaradas?




articulo e imagen de: http://www.directoalpaladar.com/salud/el-azucar-y-otros-peligros-ocultos-de-las-bebidas

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